El caso Bojórquez, historia de traicionesMáximo Moscoso traicionó a Tabasco y al PRI, pero un ‘negocio’ de Máximo Evia lo exhibió; Gina Trujillo demostró ineptitud
En el caso del “Pastor Maldito”, Héctor Alejandro Bojórquez Muñiz, la traición política y la ambición económica son los principales protagonistas, pero también juega un papel preponderante la incapacidad e ineptitud de la dirigencia estatal del PRI, a cargo de Georgina Trujillo Zentella, que trata de inhabilitar al abanderado panista a diputado federal por el sexto distrito.
La traición política, porque está involucrado Máximo Moscoso Pintado, coordinador de Asuntos Religiosos del gobierno del estado, quien ha tratado de apuñalar por la espalda al Ejecutivo en turno y ha promovido a Bojórquez Muñiz como candidato “de línea oficial”.
El mercenarismo del ex secretario de Cultura y Recreación, Máximo Evia Ramírez, (alias el Caballo) quien desde el Estado de México asestó un duro golpe (aunque aún no definitivo) al llamado Obispo Mixumo por fungir como pastor religioso y candidato a diputado federal.
Y la estupidez e ineptitud del equipo de Trujillo Zentella y compañía, quien en lugar de aprovechar la oportunidad que le vendieron a través de Manuel Rodríguez González, su secretario general, hizo una denuncia mediática, débil, contra el candidato panista que tiene el apoyo de la Secretaría de Gobernación, en lugar de hacer un escándalo nacional para que se haga cumplir la ley y se inhabilite su postulación. La historia es la siguiente según información Top Secret que nos hicieron llegar desde las paredes (¿escuchan? de la segunda planta del Poder Ejecutivo.
Andrés de la Cerda, por cuestiones personales, vendió su empresa de video filmaciones, mediante la cual grababa bautizos, quince años, bodas y todo tipo de evento social, educativo, político, etcétera, y entre la videoteca que entregó había un video en el que aparecía un pastor cristiano casando a una pareja de enamorados.
La compra de ese negocio la realizó Máximo Evia Ramírez, quien en anterior administración fungió como secretario de Educación, Cultura, Recreación y Deporte (Secured), y fue despedido por su dipsomanía, que lo llevó a presentarse ebrio (él decía que andaba crudo) a eventos públicos.
Como era obvio, tras haber saqueado las arcas de aquella institución, “El Caballo Evia” no se hizo cargo del negocio, sino que lo dejó en manos de Germán Priego, quien al revisar el material que tenía entre sus manos encontró que el ministro que oficializaba la boda era nada menos y nada más que Héctor Alejandro Bojórquez Muñiz.
Pero no sólo Germán se enteró de ese hecho, sino que también una sobrina de El cuadrúpedo se dio cuenta, y le informó a su tío, quien aprovechó la coyuntura que representa la candidatura de Alejandro Bojórquez para vender ese material a su ahijado, nada menos y nada más que Manuel Rodríguez González, quien fue subsecretario de Cultura (la misma dependencia que Máximo encabezó), y Manuel lo revendió a Georgina Trujillo. Que bonita familia…
Es ahí donde entra la incapacidad y falta de oficio de quienes están al frente del Comité Directivo Estatal del PRI, porque en lugar de armar una mediocre conferencia de prensa, como lo hizo Gina Trujillo y lacayos, no pensó en difundir el material entre las televisoras y corresponsales nacionales, para hacer una denuncia que repercutiera a nivel nacional.
¿Porqué esa opción?, porque Bojórquez Muñiz carga un documento expedido por la Secretaría de Gobernación donde la dependencia afirma que no es ministro, aunque en los hechos esté ejerciendo; es decir, tiene el apoyo de la Segob, y ante eso no quedaba más que exhibirlo a nivel nacional para dejar en evidencia al titular de esa dependencia, Fernando Gómez Mont, y que estos hicieran respetar la ley ordenando el registro de la candidatura panista.
Es más, unas buenas mantas en todo el sexto distrito demostrando cómo es que el pastor Alejandro Bojórquez miente, o pasar su imagen en las pantallas gigantes que hay en la ciudad, hubieran resultado de muy buena utilidad.
Pero la dirigencia estatal priísta no tiene materia gris como para pensar en tales estrategias, y en este rejuego político debe tomarse muy en cuenta que “lo que no mata, fortalece”, y al no derribar la candidatura del pastor azul éste podría fortalecerse entre la ciudadanía, puesto que lo convertirían en un mártir de priístas perversos, cuando los tricolores ni siquiera esa cualidad tienen.
Ah, pero en toda esta historia faltan algunos detalles, sobre todo referentes al también llamado Demonio Azul panista, cuya candidatura ha sido impulsada desde el inicio por Máximo Moscoso Pintado, coordinador de Asuntos Religiosos de Tabasco, quien fue presentando a todos los pastores de la Iglesia de Dios del Evangelio Completo como “el candidato del gobierno del estado a diputado federal por el sexto distrito”.
Traicionando la confianza del primer priísta tabasqueño, y a espaldas de él, difundió antes, durante y después de ser ungido abanderado del PAN que el compromiso era entregar al partido blanquiazul un diputado federal para que tuvieran representación en la Cámara baja del Congreso de la Unión, porque “era un compromiso con el presidente Felipe Calderón”.
Traición vil, mentira pura, pero estaba funcionando en las congregaciones evangélicas y cristianas, la cual fue descubierta por funcionarios de primer nivel en Palacio de Gobierno, quienes no toleran su presencia y lo ven como un apestado político.
Es más, Moscoso Pintado es quien se encarga de lleva a los “candidatos de línea” (de su línea, claro está) al edificio de la Piedra Angular, para recibir la bendición de esa iglesia y pedir el voto de los feligreses.
Para quien piense que, aparte de la traición a quien le dio el cargo, esto es pecata minuta, hay que recordarles que Tabasco es el segundo estado de la República Mexicana con mayor número de evangélicos, pero además hay cristianos, pentecostales y una serie de creyentes de diversas religiones ajenas a la católica, donde Máximo Moscoso tiene injerencia y poder.
Pero no sólo Máximo está traicionando al químico Andrés Granier, sino que hay toda una sarta de funcionarios de alto, medio y bajo nivel, así como dirigentes de agrupaciones y asociaciones que reciben prerrogativas o subsidios por su labor “social”, quienes están defraudando descaradamente en esta temporada electoral tanto a aspirantes como a instituciones.
Se la pasan “vendiendo” candidaturas, encampanando a ilusos, organizándoles reuniones con delegados, dirigentes seccionales, líderes naturales, dirigentes religiosos y hasta con periodistas, haciéndoles creer que tienen la posibilidad de llegar a ser candidatos a alcaldes, regidores, diputados locales o plurinominales. Nombres, son del dominio público, y en breve los detallaremos.